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En este nuevo 8 de marzo, la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz quiere saludar y acompañar a las mujeres en su Día. Y celebrar con ellas y con la sociedad toda, el invaluable aporte que hacen cotidianamente, desde su lugar, sosteniendo con el accionar que les es propio, en el momento actual, cargado de desafíos, injusticias y tantas limitaciones en todo orden, pero, a la vez, construyendo futuro, con esperanza inclaudicable. “Ese es el gran don de Dios: nos ha dado a la mujer”, enfatiza Francisco.
Y con el Papa, Justicia y Paz reconoce y pondera que “Las mujeres tienen una capacidad de gestión y de pensamiento totalmente diferente a la nuestra (los varones) y también, yo diría, superior a la nuestra, de otra manera”. Capacidades de ellas para agradecer, porque enriquecen y motorizan el corazón social.
Pero también, agrega Francisco, “la mujer tiene la capacidad de tener juntos tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos. Y piensa lo que siente, siente lo que piensa y hace, hace lo que siente y piensa. No digo que todas las mujeres lo hagan, pero tienen esa capacidad, la tienen. Eso es estupendo”.
Por eso, porque la mujer es don de Dios (como lo son todas y cada una de sus criaturas), y la suerte de la mujer es la suerte de la humanidad entera, junto con el Magisterio de la Iglesia, esta Comisión arquidiocesana rechaza cualquier forma de discriminación y violencia contra la mujer y sostiene, junto a los obispos argentinos que “el reconocimiento de la dignidad de la Mujer en todas sus dimensiones es un signo de madurez social que no se puede postergar más.
En un tiempo, en el que se desarrollan numerosos esfuerzos por la afirmación de los derechos de las personas, sin embargo, tenemos que seguir lamentando la multiplicidad de casos de violencia que afecta particularmente a las mujeres. Golpean el corazón de los argentinos la violencia psicológica, física, sexual, espiritual de muchas mujeres que padecen amenazas, humillaciones, golpes, acosos, discriminación, explotación, esclavitud, hasta llegar al extremo lamentable del femicidio.”
“La sensibilidad actual del mundo reclama que se devuelva a la mujer la dignidad y el valor intrínseco con que ha sido dotada por el Creador”, destacó el Papa Francisco.
Y para para garantizar la valiosa aportación de ellas al tejido social, los poderes públicos tienen especial responsabilidad en continuar promoviendo y profundizando una verdadera política social, encaminada a prevenir e intervenir directamente sobre las causas de cualquiera de las vulneraciones de sus derechos
En numerosas ocasiones, el arzobispo Andrés, refiriéndose al compromiso ciudadano, exhortaba: “todos debemos involucrarnos, cada uno en nuestro medio y dentro de nuestras posibilidades”. Urge, pues, que como comunidad se despierte ante lo acuciante de esta problemática y que cada uno se sienta “ciudadano responsable en el seno de un pueblo”, como pedía el Papa Francisco. Sólo así será posible la construcción de una sociedad más justa y más fraterna, que dé el espacio necesario para poder enriquecernos todos y todas con otra característica que le es propia a la mujer, como también lo señaló Francisco, refiriéndose a las mujeres en la Iglesia, pero que puede hacerse extensiva a todas: ellas tienen “una visión clarividente del mundo y de la historia –profética– que las ha hecho sembradoras de esperanza y constructoras del futuro”.
Corrientes, 8 de marzo de 2023