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Héctor Amarilla será ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Corrientes.


Con inmensa alegría la Iglesia particular de Corrientes se prepara para un acontecimiento de gracia, el don privilegiado de Dios de concederle un nuevo sacerdote. Por la imposición de manos del Arzobispo y la oración de toda la Iglesia, Héctor Horacio Amarilla recibirá el ministerio presbiteral este viernes, a las 20, en la parroquia San José Obrero de Bella Vista.
Héctor ha elegido, a modo de expresar su predisposición de corazón, el lema: “Me gloriaré de todo corazón en mi debilidad para que resida en mí el poder del Cristo”, frase tomada de la 2 carta de San Pablo a los Corintios.
Hace poco tiempo, al hablar sobre este momento tan trascendental en su vida y del porqué de este lema, este joven bellavistense aseguraba que “uno nuca se siente preparado 100%, el que llena el vaso es Jesús. Yo dejo que Jesús haga en mi lo que él realmente quiere”. Ya agregaba, “humanamente, uno nunca esta 100% preparado para recibir una gracia tan grande de Dios, pero especialmente al ser un servicio hacia los hermanos”.
Sobre cómo se prepara (desde el lunes y hasta el viernes, está en el convento de las hermanas Clarisas realizando un retiro espiritual guiado por monseñor Domingo Salvador Castagna) para el día de su ordenación, Héctor contó que, a pesar de la ansiedad, “ya me entregue a Jesús, que me anima buscar ser siempre fiel”. A él le pide, que le dé “la paz y la serenidad para prepararme bien para llegar a la ordenación”.
Para Héctor, en este camino hacia el ministerio presbiteral, y en todos los órdenes de su vida, su familia es su pilar. “Es para mí una base principal de todo. Siempre dijeron que haga lo que yo quiero, que yo elija. Eso me dio la libertad de elegir ser sacerdote, y de preguntarle a Jesús que quería de mí”.
Su familia está compuesta por papá Héctor y mamá Lucía, es el mayor de cuatro hermanos: Andrea Emilio Luis y Francisco y dos sobrinos, uno de ellos, su ahijado de Bautismo.
La de los Amarilla es una familia conocida y muy querida en la comunidad de Bella Vista. Hoy a Héctor lo conocen por su apodo “Jorito”, que heredó de su padre que es conocido por todos como Don Joro, el de la carnicería.
Héctor hizo sus estudios secundarios en el Instituto “Nuestra Señora del Carmen”, y dejó Bella Vista para iniciar en Capital sus estudios de Psicología. De aquel tiempo conserva aún grandes amistades. Como vivía cerca de la parroquia San Benito, mientras estudiaba colaboraba en la catequesis. Allí, siente el llamado del Señor, al que se anima a responder e inicia su proceso de discernimiento vocacional.
Al rememorar el tiempo de su ingreso al Seminario, comentó que “al principio me sentía un poco mal cuando me fui, porque mi papá se estaba recuperando de un ACV y yo era un sostén en la familia. Pero Jesús me dio la fuerza para ingresar al seminario respaldado por mi familia”. En aquél entonces, recordó que el padre Ariel Acuña (actualmente párroco de su comunidad de origen donde será ordenado) “me decía que nadie es indispensable, el único indispensable es Dios”.
Asegura que con consejos y palabras de empuje como esas, pudo ir afianzando su vocación, más allá de las dificultades, crisis y momentos de dudas, propias del desarrollo personal.
Héctor, tras formarse en el Seminario Interdiocesano “La Encarnación”, dará este paso trascendental en su vida, al servicio de la Iglesia confiando a Dios su vida y el ministerio que recibirá.
De manera especial la comunidad de Bella Vista, de la que es oriundo Héctor, se prepara para ese día para vivirlo como una verdadera fiesta comunitaria. Las comunidades parroquiales por donde ha pasado Héctor durante su formación (San Benito, San Juan Bautista, María del Rosario de San Nicolás y Sagrado Corazón) también estarán presentes ese día para acompañarlo.


Lectores

Durante la celebración eucarística del viernes, se realizará también la ceremonia de institución del ministerio del Lectorado a dos seminaristas: Oscar Alfredo Luna y Horacio Abel Villasanti.


 

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