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“Con mi hermano obispo José Adolfo, compartimos con todos ustedes la alegría de celebrar 103 años de la consagración de la Virgen de Itatí como patrona y protectora de nuestra diócesis, de la diócesis de Corrientes.
Un aniversario, es siempre un tiempo fuerte. Un tiempo fuerte para mirar hacia atrás y agradecer, para mirar hacia adelante y renovar la fe y la esperanza. Un tiempo para abrazar el presente y hacerlo más parecido a lo que Dios sueña para nosotros.
Como no agradecerle a la Virgen su presencia tierna y maternal a lo largo de todo este tiempo, y cómo no suplicarle una vez más que nos cuide en esta prueba que estamos atravesando, pedirle que consueles a los familiares de nuestros difuntos y que proteja, sobre todo, a los que están sirviendo y arriesgando su salud por nosotros.
Y al mismo tiempo, le rogamos que nos acerque más a su hijo Jesús, y nos ayude a ser mejores personas y cristianos, sobre todo, en el trato que debemos tener con nuestros semejantes.
Ahora los invito a que nos encomendemos a Ella diciendo:
“Tiernísima Madre de Dios y de los hombres que, bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, miraste con ojos de misericordia por más de cuatro siglos a todos los que te han implorado, no deseches ahora las súplicas de este tu hijo, que humildemente recurre a ti. Atiende mis necesidades que Tú mejor que yo, las conoces. Y sobre todo, Madre mía, concédeme un gran amor a tu Divino Hijo Jesús, y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida, fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte.
Así sea”.